Fácil, un segundo.

2024/12/18

Categories: Cartas Tags: Yost

Fácil, un segundo.

“El tiempo, nuestra némesis como factor irremplazable… que no meta sus narices en el amor que damos, el amor que recibimos, si no le hemos hablado.”

A veces creo que no se decir no, la sensación de mi ser con el suelo es más ligera que de costumbre, de verdad me es complicado delimitar todo lo que influye en mi día a día, mayoritariamente porque creo yo que cada día aprendo algo nuevo y nunca doy por sentado ninguna cuestión que crea dominar.

“Un enorme ejemplo es el tiempo que dedico a las cosas.”

Si desmenuzamos en la comparación de lo que implica una vuelta al sol tenemos 24 horas… o 1440 minutos… eternos 86400 segundos.

¿Por qué no mediremos las horas en segundos?

Creo yo que podríamos asociar las actividades que pensamos o vamos a realizar en un parámetro mayor para definir qué hacer en los casi 6 dígitos temporales que disponemos.

¿Quizá dividir el día en ciclos de 10 000 segundos?

Todo lo que podría hacer en ese lapso. digo. Sí, aproximadamente dormimos 8 horas diarias, una tercera parte del día.. creo con unos 25000 segundos serían suficientes para un buen descanso.

¡Aun me quedan más de 60 000!

Quiero ser una persona sumamente organizada, así que para el resto de las actividades en mi día desmenuzare lo que salga en ciclos de 10 000, 5 000, 2500, etc. Creo, aunque no exacto el tiempo no será un obstáculo en lo que hago en el día.

“¡Que facilidad ahora!”


¡Han pasado unos cuantos segundos desde que esta brillante idea se presentó ante mis ojos! Cosquillea el taller de los susurros y me percato que estoy ya en la sombra esquinera de un naranjo. ¿Qué hago aquí? ¡No puedo esperar a mostrarle a todo el mundo el hito omnipresente que posiblemente cronos guardó hasta hoy! Tendrán un control total de su día. Les sobraran cientos de segundos etéreos en un aparecer y desaparecer de sol, que digo cientos, ¡miles!

¿Creo he pasado otros cuantos segundos desde la última vez que consideré medir mi tiempo así… cuantos llevaré aproximadamente?

Creo tuve que colocar un temporizador desde que la idea más brillante llegó a mi cabeza, ya que, si quiero tener un control total del tiempo, debo tener una hora base desde la que empezaré a contar los 86400 pasos que tiene esta carrera diaria.

“Creo no es así de fácil.”

Algo mareado aún y con agobio por el calor, buscaré un temporizador que me facilitara medir esta nueva forma de vida.

Se está poniendo el sol, pero recuerdo que pasando 5 de mayo sobre calle de La Palma “Tito” me contó que cambiaba la batería de su colección, alguna vez papá lo acompaño todavía.


Quien sabe qué hora sea, me niego a regirme por esa obsoleta forma de medir una vuelta al sol. Me tomaré mi tiempo para llegar a los locales que recuerdo están a no más de 100 metros llegando a esa esquina donde ya se percibe prácticamente esa torre de campana de la explanada.

El aire me mueve un poco, y el clima se opaca. Creo Dios se ha enterado de lo que traigo entre manos y no está conforme, tendría sentido, indirectamente siento que ha avisado a ciertos guardas de la seguridad en la ciudad, he sentido la mirada en alerta de los policías que vigilan estos lares cuando cuentos los segundos con los pies al atravesar el reloj del crepúsculo despidiendo la luz con cada pisada.


La sombra atraviesa la piedra, di la vuelta hacia mi destino final, después de poco más de 1500 segundos desde aquel naranjo. Pasee ese pequeño puesto de lotería nacional, no puedo tardar muchos segundos en adición a esta travesía, cada vez siento que me es menos dócil surcar el cronometro fuera del plano físico, es como intentar agarrar con unas pinzas algo que ni siquiera tiene un cuerpo, no se realmente lo que es el tiempo ahora que lo pienso…

“No va a ser así de fácil.”

Percibo a lo lejos la oscuridad ya reciproca en el corazón de piedra abierto al paso, cada pisada me hizo entrar nuevamente en mí.

Ya no soy tan ligero…

La tienda de relojes se postró ante mi después de 200 segundos que duró la melodía del hombre del organillo en la bifurca de este último trayecto. No continuaron con otra sinfonía por lo que me resigne a centrarme en como solicitaría el dispositivo que describe mi nuevo estilo de vida.

“No es fácil.”


Me genera un agobio que llevo más de 1000 segundos fuera de este lugar, no quiero plantear mi idea al relojero sabiendo que un temporizador solo de segundos es casi imposible… ¿Por qué abandonó a los minutos? ¿Por qué abandonó a las horas? Que egoísta de su parte…

“Es fácil?”

He vuelto en mí. Que egoísta fui.. He perdido completamente la suma desde que formulé el crear un reloj de arena colocando uno por uno cada grano en él.

He perdido la cuenta.

Intente concebir un reloj sin manecillas, de verdad me es complicado delimitar todo lo que influye en mi día a día, debo dar por sentado cuestiones que creo dominar. Oh vaya… que contradicción.

¿Cuánto tiempo habré perdido? Pensé en hacer la suma de los segundos en virtud de lo ilusorio de mi idea.

La última llama del ser de la tarde se postró ante mi rostro posiblemente, tenuemente sentí el rubor tanto en la temperatura corporal como en la pigmentación en referencia con el cristal donde máquinas de tic tac se postraban. Toda esta sensación resultante al pensar lo que tendría que delimitar para “intentar” sumar todo este tiempo… ¡Son muchos miles de segundos!

La ajenidad de la pena invade mi sangre tan campante como si ya normalizara esta sensación en el conocimiento de mi ser.

Creo es mejor decir que perdí unas cuantas horas de mi vida en el planteamiento de una búsqueda sin salida para una respuesta para nada solicitada… mencionar que utilice miles de unidades en esto ultraja mi alma.

“Es fácil… como todo está.”

Dios se percató posiblemente de esta revelación tan estúpida, ya que no solo quería ser el único con el conocimiento de la vergüenza que emitía mi ser. Simultáneamente en la vereda, en forma de pares emitieron claridad las farolas donde yo no era nadie… y ahora soy un todo.

Son las seis de la tarde, que desastre.

“Todo está, como es fácil.”

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